6 de febrero de 2006

Finis Coronat Opus


Esta mañana me siento eufórica: ayer por la noche, a eso de las diez y media, puse el punto final a una novela a la que he estado rondando, de un modo u otro, durante el último año y medio.
Me gusta conocer las emociones de los autores cuando terminan algo importante. Algunos dicen que se sienten deprimidos por tener que abandonar esa especie de territorio feliz que es siempre una obra de ficción (cuando crees en ella).
Fin: Una habitación con vistas sobre la nada, dice Rafael Argullol en su Breviario de la aurora. Hay otros que dicen sentir liberación, libertad sobrevenida, permiso para salir a que les dé el aire. No me identifico con ninguno. Soy optimista patológica y escribo porque disfruto. Cuando más libre soy es cuando escribo y el aire también entra por las ventanas, aunque me gusta dar largas caminatas siempre que puedo. Ayudan a pensar en los personajes y en las tramas, además.
Lo que más siento cuando termino una novela, sobre todo si es una novela extensa, como esta (333 páginas han salido, qué cosas) es que he vencido en una especie de pulso contra mí misma. Lo que experimento creo que es lo más parecido a lo que siente un deportista el día después de conseguir una victoria importante. Aunque nunca he practicado deporte en serio, así que tal vez me equivoco de medio a medio.
Respecto a reacciones ajenas, con la que más me identifico es con aquella respuesta estupenda que dio una vez Patricia Highsmith en una entrevista:
—¿Cuánto descansa entre que termina un libro y empieza otro?
—Quince segundos.
Pues eso. Mañana abriré la puerta a otro mundo. De ficción, por supuesto.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Enhorabuena!
Pues yo descansaría, la verdad. Cuando termino un cuento importante dejo pasar al menos una semana para ponerme con otro, no sé, una pura cuestión de higiene mental.
¡Enhorabuena otra vez!
¿Y cuál es el título? (si no es indiscrección)

César dijo...

Felicidades, Care. Yo, cuando concluyo una novela, después de la última corrección, lo que siento son tres cosas: odio, satisfacción y vacío. Odio hacia el texto que acabo de escribir; lo he leído demasiadas veces, estoy harto de él. Satisfacción por acabar un trabajo y por el placer de haber escrito. Vacío porque, si no estoy escribiendo, noto que me falta algo. En fin, lo importante es tu nueva novela. Seguro que es cojonuda.

blankutxi dijo...

Qué lujo de post.
Qué lujo saber lo que una escritora siente en ese momento.
Qué lujo, Care (y comentaristas)
Un abrazo enorrrrrme

Ladynere dijo...

¿Otra? Eres estupenda, Care. Y parece que tus neuronas nunca dicen basta y menuda imaginación. Claro, asi tienes tantos libros en el mundo y en las estanterias de tus comentaristas, jeje.
Es un lujo poder escuchar hablar ( o mas bien aqui leer) a un autor de lo que siente al terminar de escribir un libro. Supongo que podríamos sentir lo mismo al acabar de leerlo, cuando un libro es bueno, siento q al cerrarlo, no soy la misma persona que cuando lo empece. ¿Escribir un libro te puede llegar a cambiar o influir tanto en tu vida?

B. Llamero dijo...

Enhorabuena, feliz re-madre literaria. A mi me gusta tanto acabar un libro que nunca los acabo menos de tres veces. O sea, salto un día feliz porque lo he acabado. Pero al poco tiempo lo releo y me espanto: a rehacerlo y acabarlo otra vez. Y así hasta que de verdad lo doy por acabado (que viene a ser cuando me rindo y me niego a releerlo más). Esperaremos impacientes este nuevo largo trago tuyo.

miwok dijo...

Felicidades campeona...

Care dijo...

Gracias a todos, sois estupendos.
El título, Matías: El desván de las muñecas.

miwok dijo...

El título me resulta tétrico, no sé por qué me imagino las muñecas esas de porcelana, que me dan pánico...Acierto?

Anónimo dijo...

Una pregunta morbosa: ¿lo que has finalizado se parece a lo que pensaste en un principio?. ¿Cuáles son, si no te importa la pregunta, los principales escollos que te encuentras al escribir una novela?.
Y enhorabuena!!!