8 de febrero de 2007

Boda Negra, Antonio Santos (1955)


La negra se va a casar
con un negro larguirucho.
La negra me quiere mucho:
tiene ganas de llorar.

La negra va al cocotero
y en su dialecto escribe:
Antonio, cuánto te quiero.

Pobre negra del Caribe.

Yo no le quiero decir
que no estoy enamorado.
¿Para qué hacerla sufrir?

El negro canta, acostado
debajo de la palmera.
El negro está ilusionado
con que su negra lo quiera.

Por las tardes, en el río,
la negra me da su pelo,
me cuenta su desconsuelo
mientras me llama amor mío.
Y el negro me tiene celos.

Todos los negros cantaban
reclinados en el suelo.
Todos los negros me odiaban.

La negra guapa es princesa,
tiene labios de cereza
dulces como cañadú.
La negra llora y me besa
para olvidar su tristeza.
Tiene el cuerpo de bambú.

Una mañana de gritos
la negra cumplió su rito
con el negro larguirucho,
entre danzas y entre cantos.
A mí me dijo quedito:
—Antonio, te quiero mucho.
Mucho y siempre, Antonio Santos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que maravilla de poema, Care.

Referente al tema de poesìa negra, como se le conoce, hay un maestro, con mayùscula, que seguro conoces: Nicolàs Guillèn. Me fascina.

Yepetta dijo...

*¬* OTRA VEZ ESTE PEDAZO ESCRITOR quien sabe de donde se saca el arte... dios mio *¬* me encantan sus pequeñas joyas tan...bonitas y brillantes.