16 de junio de 2010

Ralf König: un imprescindible


Hace mucho que leo a Ralf König. Desde que comenzaron a publicarse en España sus primeros álbumes. A lo largo de este tiempo, su trabajo ha evolucionado mucho. Ya no es el homosexual combativo que -según dice la biografía que acompaña sus libros- "salió del armario" cuando comenzaba a estudiar dibujo y pintura y se convirtió enseguida en el autor de referencia de los gays alemanes. Ahora es un señor cincuentón, que vende millones de álbumes en varios países del mundo y que inventa historias en que los homosexuales y los heterosexuales viven en armonía más allá de los vínculos familiares. Quiero pensar que además de mi autor de historietas favorito, el mundo también evoluciona.
Los primeros álbumes de König eran salvajes. Podría encontrar otra palabra, pero ésta, sin duda, los describe bien. Historias del ambiente -sobre todo del de Colonia- donde el autor mostraba sin tapujos su preferencia por los hombres latinos, peludos y grandotes -"ositos", siguiendo el argot- y construidos, ha dicho alguna vez, con "un tercio de autobiografía, un tercio de historias de conocidos y otro tercio de pura imaginación". El resultado es un dibujo cercano a la caricatura y una narración próxima al vodevil. Todo aliñado con mucho sexo y mucho humor. Una combinación a la que nunca pude resistirme.
Ahora, pasados los años, los álbumes de König son más generalistas (supongo que era una evolución esperable), han salido de los cuartos oscuros y de los bares gays y se sitúan en cualquiera de nuestras vidas. Los ingredientes básicos están intactos, pero a mi modo de ver ha mejorado su mirada irónica sobre el mundo. También era de esperar. Tiene 50 años.
El domingo, cuando me marchaba de la Feria del Libro de Madrid, me detuve en el último lugar que visito, edición tras edición, la tarde en que ya abandono el Retiro para no regresar hasta el año siguiente: la caseta de Madrid Cómics. Raro es el año que no compro allí algo. Siempre suelo pedirles que me recomienden alguna novedad. Me fascina el cómic, pero no estoy todo lo al día que quisiera. Este año, su recomendación me descubrió un autor magnífico, del que hablaré otro día (y puede que en otro lugar).
Pregunté por lo nuevo de König. Pusieron en mis manos dos álbumes en color, preciosos: Prototipo y Arquetipo. Prototipo es la historia del Génesis desde el "Hágase la luz" hasta la salida -que no expulsión- de Adán y Eva del Paraíso. El segundo cuenta la historia del Arca de Noé. No es la primera vez que König se interesa por la revisión de la tradición. De su pluma salió una Lisístrata (Libros La Cúpula) magnífica y divertidísima, que ningún lector debería perderse. Ahora aprovecha la historia de Adán para refrescar algunos conceptos filosóficos y la de Noé para reflexionar sobre el cambio de la espiritualidad en un mundo polarizado. Es La Biblia pero es también nuestro día a día, sus contradicciones y sus lacras. Lo peor de nosotros mismos desde el punto de vista más desternillante.
De los dos, Prototipo me parece imprescindible. A Adán le dura su primitivismo original lo que tarda en morder la manzana del árbol de la ciencia. A partir de ese momento conoce las razones de su existencia así como la del cosmos y todo cuanto le rodea, y comienza a discutir con Dios acerca de sus puntos de vista. La serpiente -Luci para los amigos- le acompaña, atribulada, en sus pesquisas, y a menudo se ve sobrepasada por la pesadez de "la imagen y semejanza". Lo nuevo de König no tiene ni un solo personaje homosexual -aunque hay una escena de resonancias sadomasoquistas entre Dios y Adán, que es estupenda- y a pesar de todo sigue siendo él. Un König maduro, reflexivo, crítico, desternillante, con el que me encanta reencontrarme.

No hay comentarios: